Como bien dice Nea Poulain (cuyo blog recomiendo ampliamente), leer no te hace mejor persona. Por otro lado, sí puede llegar a traer muchos otros beneficios, como mejorar nuestra capacidad para imaginar, nuestra comprensión lectora, ortografía y gramática, y, en todo caso y lo más importante, darnos algo de felicidad cuando más la necesitamos. Y no sé si mejor persona, pero al menos en mi caso siento que leer tanto y desde tan pequeña puede haber contribuido a hacerme una persona un poco más empática. Nada como ponerse en los zapatos del otro aunque sea a través de la ficción.
Podría decirse que cuanto antes nos adentramos en la lectura, mejor, pero acá es donde aclaro que, así y todo, algunas de las personas en cuya opinión literaria más confío no empezaron a leer tanto hasta la adultez. Nunca es tarde. Pero si de contribuir a la lectura desde jóvenes se trata, es cierto que una de las cosas que más, más me gusta de mi trabajo como librera es tener la oportunidad de recomendar a familiares de niñas, niños y adolescentes (y en ocasiones, a ellas y ellos directamente) qué pueden llevar que:
a) les vaya a gustar/entretener;
b) les pueda alejar un rato de tener a las pantallas como único consuelo en el aburrimiento;
c) de paso, que no sea cualquier cosa.
No planeo adentrarme en el debate de qué hace a un libro bueno o malo ahora, igual. Ustedes decidirán. Pero si está bien escrito, tiene buena trama y personajes, es entretenido y hace que más personas se adentren en la lectura con gusto... esos son los que voy a pretender recomendar siempre, no necesariamente el más vendido de turno.
Por eso mismo escribo esta entrada, inaugural del blog Agustina y los libros. Hay muchísimos libros (y autoras y autores, ya les llegará su turno en otra ocasión) de literatura juvenil que recomiendo, pero acá me gustaría hablarles un poco de algunos de los que más marcaron mi infancia/adolescencia y mi camino de ida al mundo de la literatura (y de las historias en general, en sus muchos y diversos formatos).
Más que una serie de reseñas son menciones puntuales, un poco de sinopsis y por qué los recomiendo, tanto si se encuentran leyendo esta entrada sin saber qué regalar o si los quieren leer ustedes mismos porque saben que el género está lleno de joyitas imperdibles, disfrutables por personas de cualquier edad −si se le pierde el prejuicio−.
Por último, no quiero dejar de comentarles que, como dije antes, me encanta recomendar, y más todavía cuando se trata de libros de mis géneros preferidos. Me gusta mucho compartir esa felicidad que supieron traerme (y que aún me traen cuando decido releerlos, como hago de forma eventual). Mis redes sociales están abiertas para que me escriban si quieren pedirme alguna recomendación, voy a estar encantada de darles una mano.
Ahora sí, al quid de la cuestión.

Rick Riordan
Edad sugerida: a partir de los 10/11 años
Digno sucesor de una serie como Harry Potter pero sin nunca pretender ser una copia de la misma, El ladrón del rayo se ha consagrado como un clásico imperdible de la literatura juvenil y tiene una impronta muy única y característica que en adelante pasaría a identificar los subsiguientes libros del autor. Es el primer libro de los cinco que componen la serie Percy Jackson y los dioses del Olimpo, que relata las aventuras de Percy, un chico que a los doce años descubre que los dioses griegos existen y que su padre, a quien nunca conoció, es un dios de dicha mitología. No sólo eso, sino que también existe un lugar, el Campamento Mestizo, donde los chicos y chicas semidioses pueden estar a salvo de monstruos y entrenarse para combatirlos.
Pero Percy no tiene mucho tiempo para ponerse cómodo: parece que alguien ha robado el rayo de Zeus, y se avecina una catastrófica guerra entre los dioses si no aparece pronto. Junto con sus nuevos amigos, el sátiro Grover y Annabeth, hija de Atenea, se embarcará en una aventura épica para tratar de salvarlo todo antes de que sea demasiado tarde.
Narrado en primera persona y a través del humor que Percy utiliza para procesar todo lo que le pasa, su lectura es ágil y sumamente entretenida desde la primera página. El autor, Riordan, solía ser profesor y no sólo sabe muchísimo de distintas mitologías, sino que también sabe cómo escribir sobre ellas adaptándolas para los jóvenes y contribuyendo a suscitarles un gran interés y facilitándoles su aprendizaje. La serie tuvo tanto éxito que hoy en día Riordan vive de escribir libros sobre ellas (Percy Jackson y los dioses del Olimpo, Los héroes del Olimpo, Las pruebas de Apolo, pentalogías sobre mitología griega y romana; Las crónicas de Kane, trilogía sobre la mitología egipcia; y Magnus Chase y los dioses de Asgard, trilogía sobre la mitología nórdica). Todas sumamente recomendables. Y suma mil puntos el nivel de diversidad que llegan a manejar.
Yo ya era previamente muy fan de la mitología y de todas formas salí sabiendo aun más del tema, así como todas las otras personas que conozco que han leído estos libros.
A Percy Jackson y el ladrón del rayo le siguen, en orden: El mar de los monstruos, La maldición del titán, La batalla del laberinto y El último héroe del Olimpo.
Acá el post de Instagram que le dediqué.
[IMPORTANTE: No recomiendo las películas. Son pésimas y tienen poco y nada que ver con el material original.]

Michael Ende
Edad sugerida: a partir de los 11/12 años
Ende es un autor alemán de fantasía absolutamente imperdible. La historia interminable o La historia sin fin es su obra más icónica (como tal vez sepan, la adaptación cinematográfica de los 80's habría de marcar a toda una generación, o casi). Tanto LHI como Momo son un precioso mimo al alma, conmovedoras obras indispensables de su género.
La historia interminable: Bastian Balthazar Bux es un niño solitario, ignorado por su padre y al que otros niños le hacen bullying, que halla consuelo en los libros. Un día, en la tienda de libros antiguos de un tal Karl Konrad Koreander, se topa con uno particularmente extraño: La historia interminable. Lo encuentra irresistible y, contra todos sus principios, lo roba y decide llevárselo a un desván de su colegio para leerlo en paz. Al adentrarse en su lectura se sumerge en la increíble aventura del valiente protagonista Atreyu, un guerrero de piel verde, en cuyos hombros recae salvar su mundo, Fantasia. Para ello, deberá atravesar una serie de desafíos que pondrán a prueba quién es, mientras Bastian siente cada vez más que las líneas de la historia de Atreyu y las de su propia historia comienzan a difuminarse...


Cornelia Funke
Edad sugerida: a partir de 13 años
También de autora alemana y también recomiendo sus otros libros, pero la trilogía Mundo de Tinta, que da comienzo con Corazón de tinta (y le siguen Sangre de tinta y Muerte de tinta), es mi predilecta.
Meggie es una niña de doce años con una gran pasión por la lectura (sí, van a ver muchos protagonistas así en esta lista). Su padre, Mo, comparte su amor por los libros y es restaurador de lomos, y su tía Elinor posee en su mansión la biblioteca más impresionante que alguna vez haya visto. Parecería que su familia no podría estar más involucrada con el mundo de los libros, hasta que un día un misterioso extraño toca a su puerta y llama a Mo «Lengua de Brujo». A partir de dicho suceso y las posteriores e inesperadas consecuencias, ella descubrirá la razón detrás de que su padre nunca lea en voz alta: tiene el poder de darle vida a los personajes de los libros. Y algunos de ellos no están precisamente contentos de haber sido arrancados de sus respectivas historias.
Meggie se verá envuelta en una aventura digna de sus libros favoritos, mientras se pregunta si ella también será capaz de cambiar el curso de la historia.

Elisabetta Gnone
Edad sugerida: a partir de los 7/8 años
En el pueblo de Fairy Oak (llamado así por el roble encantado que se erige en su centro) hay brujas y magos, y pequeñas hadas que hacen de niñeras de sus sobrinos y sobrinas, a quienes les han heredado sus poderes mágicos. Cada medianoche, las hadas se juntan con las tías brujas y les cuentan sobre las aventuras de los niños y las niñas. El secreto de las gemelas es el comienzo del relato del hada Sifelizserédecirosloquerré, o Felí, quien tiene bajo su cuidado a dos brujitas muy especiales, sobrinas de la gran bruja Lala Tomelilla: Vainilla y Pervinca, gemelas, brujas de la Luz y de la Oscuridad respectivamente (elementos complementarios como el yin y el yang, no sinónimos del bien y el mal). Pero no se supone que más de un sobrino herede la magia, por lo que las niñas son una completa anomalía, quizás más de lo que todos se imaginan...
![]() |
No, en serio, miren lo que es esta edición debajo de la solapa. |
Cuando comienzan a suceder una serie de eventos extraños, indicios del posible regreso de un terrible enemigo del pasado, la idílica paz del pueblo podría aproximarse a su fin. Vainilla y Pervinca, junto con la ayuda de su hada Felí, la guía de su familia y sus entrañables amistades, podrían ser la clave para restaurar el equilibrio. Y el amor entre hermanas será fundamental.
Así como existe la comfort food, estos libros son definitivamente comfort books: capítulos breves, ilustraciones preciosas, personajes hermosos, la reconfortante promesa de que todo va a estar bien. Perfecta lectura para adentrarse en un mundo lleno de flores, olor a pan casero y leña (todo muy cottagecore), y por supuesto magia.


![]() |
Imposible resistirme a agregar más fotos de sus detalles. |
(¿Les suena la serie animada W.I.T.C.H.? Está basada en los cómics del mismo nombre de esta misma autora, la italiana Elisabetta Gnone. Todavía no los pude leer, pero tengo entendido que son mejores que su adaptación audiovisual. Como suele ser el caso.)

Philip Pullman
Edad sugerida: a partir de 13 años
El mundo de Lyra, la protagonista rebelde y aventurera de once años, es muy parecido al nuestro en muchos sentidos, pero con algunas diferencias clave. En este universo paralelo, las almas de las personas habitan fueran de ellas, se llaman daimonion y tienen la forma de un animal que representa cómo son. Un daimonion pueden cambiar de forma a gusto hasta que la persona llega a la adolescencia, momento en el cual tomarán su forma definitiva. Pero Lyra y su daimonion, Pantalaimon, todavía no tienen que preocuparse por ello; su vida es ideal viviendo en el ficticio Jordan College de Oxford, donde su tío, Lord Asriel, la dejó al cuidado de sus compañeros académicos. Los días transcurren mientras trepa por los techos del Jordan para escaparse de sus clases y juega a inventar grandes aventuras con sus amigos, tanto de la servidumbre de la universidad como del pueblo giptano (un pueblo nómada que se moviliza en botes a través de los canales).
Otra diferencia clave del universo donde transcurre la historia: está dominado por una Iglesia conocida como el Magisterio, a quien el tío de Lyra, Lord Asriel, parece estar por declararle la guerra con sus últimos descubrimientos científicos. Involucran algo conocido como «Polvo», un elemento que desafía por completo sus creencias y narrativas sobre cómo funciona el mundo.
Además, niños de grupos vulnerables de distintas zonas del país han empezado a desaparecer, y la llegada oportuna de una tal Sra. Coulter −una mujer fascinante y misteriosa− al Jordan College le ofrece a Lyra lo que ella más anhela: la posibilidad de viajar en una gran aventura real al fantástico norte, donde habitan las brujas, los osos acorazados y algún que otro demonio. Pero los adultos en su vida tienen sus propias agendas y la niña es una pieza esencial en la trama a desarrollarse, especialmente cuando cae en sus manos un extraño objeto, una brújula dorada conocida como aletiómetro, que es capaz de revelar verdades sobre el presente y el futuro y que sólo Lyra parece ser capaz de aprender a interpretar...
También conocido como Luces del norte, La brújula dorada es el primer libro de la trilogía La Materia Oscura, a la que le siguen La daga y El catalejo lacado.
Y acá mi gran confesión: todavía no leí el tercer libro. Mi primera excusa es que hasta hace poco no había caído en mis manos. Pero la excusa real debe ser que no me animo a terminar la historia; si no lo leo, la aventura increíble de Lyra (y cómo me acompañó su lectura) todavía no llega a su conclusión.
Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero
C.S. Lewis
![]() |
Quiero que sepan que mi primer acercamiento a Narnia fue con una traducción española en la que insistieron hasta en traducir los nombres. |
Edad sugerida: a partir de los 12/13 años
De esta serie no creo tener que contarles tanto. Hay al menos dos formas de leer los libros, pero creo que un buen consenso general puede ser el de empezar por éste. En el contexto de la Segunda Guerra Mundial en Inglaterra, los hermanos Pevensie −Peter, Susan, Edmund y Lucy− son enviados a una gran casona en el campo, lejos de Londres, por su seguridad. Allí, la más pequeña, Lucy, encuentra un misterioso armario y descubre que a través de él puede llegar a un mundo fantástico conocido como Narnia.
Magia, una bruja malvada que pretende un invierno eterno, el león Aslan, el fauno Tumnus, batallas épicas y crónicas de pequeños grandes reyes y reinas dan comienzo a la clásica historia que se desarrollará a lo largo de siete libros, de los cuales recomiendo todos... menos el séptimo. (No sé qué le pasó a C.S. Lewis con el último, es cualquier cosa. Pero bueno, nos dejó los otros. Creo que mi favorito es El caballo y su muchacho.)

Whitfield Cook
Edad sugerida: a partir de 12 años
(Bueno, para que vean que no sólo hablo de literatura juvenil fantástica.)
Violeta es uno de mis libros favoritos de la vida y cuando lo menciono, nadie sabe de cuál hablo. Quizás pueda remediar eso:
Violeta es una niña de doce años muy lectora y perspicaz que, con sus característicos anteojos grandes y trenzas ajustadas, es quizás demasiado inteligente −y entrometida− para su propio bien. Su familia es un pandemonio: al comienzo de la novela, su padre, Pete, se está por casar de nuevo. Primero vino Lily, pero no funcionó. Luego vino Carlota, con quien tuvo tres hijos: Violeta y Sydney, mellizos, y Bruce. Con su tercera esposa, Crystal, tuvo a Evelyn, Arturo y Susie. Y ahora se está por casar por cuarta vez... con Lily de nuevo. En la ecuación hay también por ahí otro hermanastro más y una tortuga, además de un padrastro y la pobre tía Ester.
Violeta sólo quiere ayudar. Está llena de buenas intenciones, después de todo. Pero cuando cada uno de sus intentos de arreglar problemas ajenos deviene en un embrollo mayor, quedará en sus manos desentrañar los nudos que va dejando por el camino, mientras que accidentalmente se ve envuelta en una trama todavía más grande que sus líos familiares.
Colarse en la luna de miel a México será sólo el principio. Y atrapar a un estafador, viajar a Nueva York, entrar de pupila a un colegio, hacer de adivina, participar de un concurso literario... sólo la punta del iceberg.

Roald Dahl
Edad sugerida: a partir de 10 años
Otro autorazo que recomiendo mucho, la verdad. De él seguro también les suenen Charlie y la fábrica de chocolate y Jim y el durazno gigante, entre tantos de los libros de culto que escribió.
Matilda no tiene ni seis años y ya es sorprendente. Hace cálculos matemáticos en su cabeza sin esfuerzo, lee muchísimo y también está el pequeño detalle de la telekinesis. Y más importante todavía: es una niña dulce, querida por sus compañeros y con un gran corazón. Lamentablemente, sus padres son de las personas más ignorantes y egoístas que hay, y la directora de su colegio, la temible Tronchatoro, tiene como pasatiempo revolear a los niños que la sacan de quicio y en general castigar a cualquiera por el simple placer de hacerlo. Las bromas prácticas con las que Matilda afronta su realidad escalarán cuando sienta que está en su poder defender a sus amigos y a la adorable señorita Miel, maestra a la que le tiene mucho cariño (y es mutuo), de las garras de Tronchatoro.
Sí, la peli es muy bonita. Esta vez estoy de acuerdo. Cada tanto alguna adaptación decente nos merecemos, ¿o no?

Andrea Ferrari
Edad sugerida: a partir de 12 años
Francisco Méndez es un chico prodigio. Adelantado dos cursos en el colegio, con la enorme carga de lo que los demás esperan de él, y con una gran pasión por los libros protagonizados por Sherlock Holmes (escritos por sir Arthur Conan Doyle), Francisco también analiza y deduce a través de sus observaciones, como su detective predilecto. Tanto es así, que su mejor amigo le dice "Sherlock" (y Francisco a él, "Watson", por supuesto).
La historia se divide en dos líneas temporales: en la primera, él tiene 10 años y termina inscrito en un famoso concurso de televisión. Si puede con la presión de las cámaras, de sus padres y de sus compañeros de clase, y si logra responder correctamente todo lo que le pregunten sobre su tema elegido (Sherlock Holmes, claramente), Francisco ganará un viaje de egresados de séptimo grado para todo su curso. En la otra línea temporal, varios años después, Sherlock lidia con los resultados (que no les diré) del concurso, mientras que una serie de asesinatos en su barrio, Belgrano, reaviva su amor por el misterio. Con sus dotes detectivescas y la ayuda de Watson, ¿será capaz de resolver aquello que la policía pasó por alto?
Uno de mi libros favoritos en el mundo es Las aventuras de Sherlock Holmes, y a los doce años lo debo haber releído hasta el hartazgo. Para entonces también me tocó leer este libro para el colegio y creo que seguro se den una idea de por qué me terminó gustando tanto (al punto de luego ir a la Feria del Libro, toda tímida, con mis libros de la autora, Andrea Ferrari, para que ella, muy dulce, me los firme). El libro es autoconclusivo, pero si se quedan con ganas de más, pueden leer No es fácil ser Watson y No me digas Bond. Me encanta recomendar estos libros para quienes me recuerdan a cómo era yo a esa edad y que también buscan un buen libro de misterio apto para la edad que tienen.

J.K. Rowling
Edad sugerida: a partir de 10/11 años*
*Algunos libros lo pueden cambiar todo, especialmente cuando llegan en el momento justo. A eso voy con que la edad indicada sea, en muchos casos, meramente una sugerencia. Para mi séptimo cumpleaños, mi mamá entró a una librería en busca de un regalo que me fuera a seguir motivando con la lectura (proceso que había comenzado con el hecho de que fuera usual que me leyeran antes de dormir desde pequeña, cosa que nunca me voy a cansar de recomendar que hagan con sus bendis, si pueden). El librero que la atendió, muy atento, supo recomendarle Harry Potter, aunque no sea común que la gente lo lleve para niños de siete años. Total, el plan era leerme un capítulo por noche, si me enganchaba, y conversarlo juntas.
Funcionó tan bien que hacia la mitad no quise esperar más a que llegara la noche, lo saqué de la estantería y el resto es historia.
Ah, ¿querían que les cuente del niño mago? Bah, esa ya la conocen. Y aunque hoy en día me caiga pésimo la autora, la serie de siete libros tuvo un enorme impacto en mí y como tal la voy a seguir atesorando. Logró interesar a millones en la literatura y marcó un antes y un después en la literatura del género.
Nota del 14/09/2020: Por cuestiones de principios, no puedo dejar de remarcar que estoy terminantemente en desacuerdo con el discurso de odio que promueve JKR en su plataforma y últimos libros. La ficción no es "sólo entretenimiento" y puede tener un poderoso impacto en nuestra forma de ver el mundo; utilizarla como herramienta para dañar a grupos históricamente oprimidos (en este caso, la comunidad trans) es absolutamente despreciable e inaceptable. El arte no existe en una burbuja separada de la realidad, así como tampoco los artistas. Y los discursos de odio no son "opiniones". El gran alcance de nuestras palabras viene con la enorme responsabilidad de informarnos correctamente antes de hablar/actuar.
Si pueden comprar HP usado (o... ya saben), mejor. No creo que a una multimillonaria le haga mucha diferencia, pero aclaro porque tampoco pretendo alentar apoyarla monetariamente.
Irónicamente, JKR supo crear un mundo que, aunque con fallas, desaciertos (como algunos estereotipos particularmente insensibles) y una marcada falta general de diversidad real, tiene mejores valores que ella misma, que en la vida real terminó reflejando los de sus propios villanos.
Soy conciente de que faltan más autoras locales en mi lista, lo admito (porque ésa es otra cosa que me encanta promover: leer más autorAs y no quedarnos sólo con la literatura "de afuera"). Tuve que hacer un gran esfuerzo para seleccionar los libros para esta entrada, pero no por eso voy a dejar de mencionar a algunas de las autoras argentinas que más leí en mi infancia (y de grande también) y que al día de hoy me siguen pareciendo geniales. Entre ellas y sin ningún orden en particular: Andrea Ferrari, María Elena Walsh, Elsa Bornemann, Liliana Bodoc, Poldy Bird, Norma Huidobro. Y un montón más que seguro me acuerde dentro de unos días en el medio de estar haciendo otra cosa concentrada y reniegue por haberme olvidado de incluirlas.
Más adelante seguramente escriba más entradas hablando de autoras y autores de literatura infantojuvenil y juvenil donde también incluya aquellos que descubrí en los últimos años (que sin dudas hubiera incluido acá de haberlos descubierto en mi infancia/adolescencia −ya que esta entrada se enfoca en los que sí leí en ese entonces−).
Si gracias a esta entrada le regalás alguno de los libros mencionados a tu niña/niño o adolescente de elección y resulta ser un exitazo, por favor no dejes de comentármelo. Y si lo leés vos y también te gusta, ¡ídem!
¡Hasta la próxima!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario